viernes, 4 de diciembre de 2009

Falafel

Prefacio:
La primera vez que comí comida árabe fue en un pequeño local de El Paraíso (Caracas) atendido por sus propios dueños que ya no existe. Me llevó Ezequiel antes o después de clases, ya no lo recuerdo.

El falafel figuró en el menú y desde entonces se convirtió en una de las formas de comer garbanzos que más me agradan. He de confesar que me generan problemas de gases importantes, excepto cuando los como de esta forma o en hummus.

En Venezuela la comida árabe está mayoritariamente cocinada por libaneses y la receta que hoy comparto está basada en la que figura en el libro La cocina árabe libanesa de Rachidi Souki de Assef, editado por El Nacional. Los ingredientes son los mismos, pero modifiqué las cantidades, especialmente las de cebolla porque me estaban alterando la textura de la mezcla y el sabor era muy fuerte y no permitía sentir el gusto del garbanzo.

Se hace muy fácilmente y con una rapidez pasmosa, creo que incluso me llevó menos tiempo que hacer arepas, claro está, los garbanzos los tengo remojados y congelados, lo que me ayuda a acortar el tiempo de preparación.

Ten a mano:
  • 1 taza de garbanzos remojados de la noche anterior (mide la taza de garbanzos ya remojados)
  • 1/2 cebolla mediana
  • 1 diente pequeño de ajo
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 1 cucharada de harina de trigo
  • 1/2 cucharadita de polvo de hornear
  • 1/2 cucharadita de canela
  • 1/2 cucharadita de comino
  • Cilantro
  • Perejil
Manos a la obra:
Tritura los garbanzos, el ajo, la cebolla, el perejil y el cilantro juntos con un ayudante de cocina y luego agrega el resto de los ingredientes y mézclalo todo bien. Forma bolitas con la mezcla y luego aplástalas para darle forma circular y luego fríelas en abundante aceite caliente.

Variaciones sobre un mismo tema:
En lugar de freírlos se pueden hacer a la plancha (grill) o en el horno sobre una placa previamente engrasada. Creo que se podría intentar hacer falafel con lentejas, aún no lo he probado pero si lo hago les echo el cuento. Lo que si les puedo dejar es un par de consejos, remojen todo un paquete de garbanzos entero y luego congelan para usarlo cuando lo necesiten. Lo mismo pueden hacer con el falafel, así sólo tendrán que sacarlos del congelador y freírlos.

martes, 24 de noviembre de 2009

Croquetas de arroz con atún

Prefacio:
No recuerdo exactamente la edad que tenía, creo que entre 9 y 11, tampoco me viene a la cabeza porqué o para qué materia, lo que si tengo bien claro es que nos pidieron en el colegio que investigáramos sobre cocina venezolana -en mi caso la cosa requería investigación bibliográfica- y buscáramos una receta típica, la hiciéramos con ayuda de nuestros padres y lleváramos el resultado.

De una enciclopedia de tradiciones venezolanas, mi madre y yo sacamos la receta que hoy comparto con ustedes, no tengo idea de qué lugar de Venezuela es típico esto, pero siempre he dado por sentado que una editorial no se iba a inventar algo como eso.

En fin, si algún venezolano lee esto y me puede decir de qué región del país son características las croquetas de arroz con atún, por favor déjame un comentario con la información.

Es una receta muy sencilla, económica y hasta ecológica porque en lugar de botar ese arroz blanco que te sobró de la comida o meterlo en la nevera hasta que se dañe y lo botes igual, lo aprovechas para resolver la cena.

Como dicen por ahí, manos a la olla.

Ten a mano:
  • 1 taza de arroz blanco cocido
  • 140-160 grs. de atún de lata (1 o 2 latas según el tamaño)
  • 1 huevo
  • 2 cucharadas de harina
  • pan rallado
  • Sal y pimienta al gusto
Manos a la obra:
En un envase mezcla todos los ingredientes menos el pan rallado (el atún escurrido). Toma una cucharada de la mezcla y dale forma de croqueta, pásala por pan rallado y fríela en aceite bien caliente.

Las medidas son ilustrativas, depende de cuanto arroz sobre te sobre o cuanto atún tengas en casa, no hace falta que prepares más arroz ni que salgas corriendo a buscar una tienda abierta donde comprar más atún.

Variaciones sobre un mismo tema:
Como es una receta que suelo preparar cuando me sobra arroz, no siempre la preparo con arroz blanco, en ocasiones lo he preparado con arroz con verduras, también se pueden añadir verduras a la mezcla para ayudar a que los niños -y algunos no tan niños- las coman.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Batido de banana y yogur

Prefacio:
Hace unos días fui con Alicia a hacer unos trámites y pasamos por la Rambla de Cataluña, cerca de la Diagonal, de regreso decidimos hacer una parada en un local en el que hacen zumos y batidos de fruta. Nos tomo un tiempo decidir entre tantas propuestas buenas pero finalmente ambos nos decantamos por opciones con plátano/cambur/banana.

Alicia pidió uno de plátano con coco y leche, yo uno de banana, yogur, leche y canela. Ambos estaban deliciosos.

Para los que quieran ir se llama Smudy, tienen un bar en el 124 de la Rambla de Cataluña y otro en el Centro Comercial Diagonal Mar. Para los que prefieran probar en casa les dejo la receta.

Ten a mano:
  • 1 plátano/cambur/banana
  • 1 yogur
  • 1 taza de leche
  • 1/2 cucharadita de canela
  • 1 cucharadita de azúcar
Manos a la obra:
En una licuadora/batidora introduce el plátano picado -y pelado, claro está-, el yogur, la cantidad de leche que cabe en el envase de yogur, el azúcar y la canela. Mézclalo todo y sirve.

Variaciones sobre un mismo tema:
Si hace calor, ponle un poco de hielo y conviértelo en un granizado.

martes, 10 de noviembre de 2009

Buñuelos de calabacín

Prefacio:
No se pueden imaginar la cantidad de veces que dije "no gracias" a los buñuelos de calabacín de mi madre y hoy soy yo el que publica la receta luego de prepararla en casa para hacer que mi hijo coma más vegetales.

Conozco a más de uno que le vendrá muy bien esta receta, ya sea porque tiene hijos o porque, a la hora de comer, no lleva una buena relación con el reino vegetal.

Es un plato muy sencillo, fácil y rápido.

Ten a mano:
  • Un calabacín mediano
  • 1/2 papa/patata mediana
  • 1 huevo
  • 4 cucharadas de harina de trigo
  • Queso rallado
Manos a la obra:
Se rallan el calabacín y la papa/patata y se mezclan con el huevo, la harina y el queso rallado. Sal pimienta la mezcla, toma una cucharada y fríela en abundante aceite caliente.

Variaciones sobre un mismo tema:
Cambiar de vegetal o agregar más es una buena fórmula para cambiarle la cara a los buñuelos, de hecho, la receta original de mi madre no lleva papa/patata. Yo probaría con zanahoria.

lunes, 2 de noviembre de 2009

La arepa pa'l Larousse Gastronómico

A todos los que han comido una arepa, a aquellos que la sienten como pilar fundamental de su identidad gastronómica, los invito a unirse al grupo de Facebook La arepa pa'l Larousse Gastronomique, una iniciativa para solicitar al Larousse Gastronómico que incluya a la arepa en su sexta edición.

Para demostrar que la arepa ya se comen en muchos lugares del mundo les pido a todos que hagan una pequeña contribución -esto fue idea del chef P.J. Montes de Oca- tómense una foto con una arepa junto a un monumento de su ciudad y publíquenla en el muro del grupo en Facebook.

Si lo prefieren, también pueden enviar tus mensajes de solidaridad para con la arepa desde twitter al hash #arepaenlarousse.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Videoreceta de la arepa venezolana

Hoy les dejo este primer video de Al Calor del Fogón, un experimento que resultó de un curso de iniciación al video digital que realicé durante el mes de octubre en la Universitat Oberta de Catalunya.

Espero que les guste y que no sea el último.


lunes, 12 de octubre de 2009

Ensalada de pasta con jamón curado, tomate, queso y aceitunas

Prefacio:
Debo empezar este post disculpándome por la poca creatividad que apliqué en la construcción del título, es una debilidad que mi profesor de Géneros periodísticos I descubrió en mis primeras prácticas, Antonio decía: "muy bueno tu artículo, perooooo, no me gusta el titular" ese fue el laymotive de mi paso por esa materia.

Bueno, presentadas las disculpas, voy al tajo como dicen por este lado del charco, hace unos días en una tienda de congelados mi esposa cogió una bolsa que no figuraba en la lista de la compra, una ensalada con todo lo que dice el título de este escrito.

Hace unos días, coincidiendo con un día festivo, a ninguno de los dos le provocaba cocinar, así que Alicia descongló la ensalada. A pesar de las limitaciones de un plato congelado, la ensalada estuvo muy bien por lo que hemos decidido que repetiremos en el futuro, pero no con la versión congelada sino con la home made.

Aquí les dejo la propuesta que espero les agrade, yo sé que por este lado del atlántico ya se nos acaban los días de calor pero una cena rápida y sencilla no le viene mal a nadie en ninguna época del año.

Ten a mano:
  • 2 tazas de pasta corta (nosotros usamos tornillitos)
  • 100 grs. de jamón curado (en Venezuela jamón serrano)
  • 2 tomates
  • 150 grs. de queso cortado en dados (siéntete libre de elegir el queso que quieras, aquí yo usaría queso curado, en Venezuela a lo mejor un queso fresco como Paisa)
  • 100 grs. de aceitunas negras
  • Sal y aceite de oliva
Manos a la obra:
Cocina la pasta en abundante agua salada, escurre y reserva. Pica los tomates y el queso en dados, pica el jamón en tiras pequeñas, mézclalo todo con la pasta, adereza simplemente con sal y aceite de oliva.

Variaciones sobre un mismo tema:
Bueno, variaciones pocas porque tiene cuatro ingredientes, si cambiamos muchos ya se convierte en una ensalada nueva, así que puedes cambiar el queso o el tipo de pasta, incluso usar aceitunas verdes pero el jamón curado es imprescindible.

Opciones para disfrazar el pollo a la plancha III: Pollo en salsa de hongos

Prefacio:
Por fin llega la tercera entrega de la saga que acabará con el aburrimiento del pollo a la plancha, cierro hoy una trilogía que a lo mejor en un futuro se extienda con tres nuevos capítulos que cuenten la historia anterior a las tres primeras, no sé porqué me parece que esto ya lo hizo alguien antes que yo, no sé, a lo mejor le pregunto al maestro Joda a ver si él sabe quién.

A ponerse serios pues, hoy les propongo otra fórmula sencilla para que ese pollo aburrido que se comen se transforme en algo, por lo menos, diferente. La propuesta de hoy no es la más baja en calorías de la saga pero bueno cumple con la labor de disfrazar el pollo.

Facilito, cubrimos el pollo con una salsa de hongos, los de tu preferencia, champiñones, portobello, setas silvestres, una mezcla de varios hongos. En un pequeño local caraqueño, de los de menú ejecutivo, solían hacer una variante interesante, sobre el pollo colocaban tomate y aguacate, lo cubrían con queso, lo gratinaban y finalmente lo cubrían con la salsa de hongos, lo llamaban Pollo Monterrey, no me parecía muy mejicano aquello pero como no he estado nunca en Monterrey (en México tampoco) no digo nada.

Sin más preámbulos, señores y señoras, manos a las ollas ;D

Ten a mano:
  • 2 filetes de pechuga de pollo
  • 250 ml. de crema de leche/nata para cocinar (no la de montar)
  • 1 cucharada de mantequilla
  • 200 grs. de champiñones (o de los hongos/setas que prefieras)
  • 1/2 cebolla
Manos a la obra:
Corta los champiñones en láminas y la cebolla en cuadritos muy pequeños o brounoise que le dicen los franceses. En una sartén sofríe la cebolla en la mantequilla y cuando estén transparentes agrega los champiñones, agrega un poco de sal para que los hongos suelten líquido, agrega la crema de leche y cocina unos cinco minutos más a fuego lento, salpimentar y reservar.

Prepara el pollo a la plancha ese aburrido de toda la vida como siempre lo has hecho y luego dos opciones, lo sirves y luego lo cubres con la salsa (napar que dicen los chefs) o si lo prefieres lo agregas a la salsa y lo cocinas unos 2 o 3 minutos a fuego lento.

Si la salsa se espesa demasiado, puedes agregarle un poco de leche.

Variaciones sobre un mismo tema:
Bueno, creo que ya se las un par, cambiar de hongos/setas o agregar sobre el pollo unas tiras de aguacate y un par de ruedas de tomate, queso, gratinar y luego cubrir con las salsa.
Buscando la imagen para ilustrar este post me encontré con una idea muy buena para variar, rellenar los filetes con queso y vegetales y enrrollarlos, horno y salsa.

domingo, 23 de agosto de 2009

Ensalada de pasta con albahaca y tomates cherry

Prefacio:
Hace unos días mi esposa salió del curso de catalán con rumbo a la casa de su amiga Francia, que debía estar unos días de reposo absoluto. La prohibición de movimiento impidió que Francia pudiera asistir a varias clases de catalán, por lo que Alicia y otra compañera fueron a su casa a ayudarla a preparar el examen final. Ese día, las clases particulares tenían una recompensa especial, invitación a comer.

Francia, es colombiana pero vivió un tiempo en Italia, así que preparó una ensalada de pasta con tomates cherry, albahaca y queso parmesano. Alicia volvió encantada con la receta y en cuanto logramos sumar todos los ingredientes dispusimos este plato en el menú del domingo.

Sencilla, rápida, fresca -para estos días de calor- y sobre todo, como diría el gran filósofo de la salsa made in Venezuela, Oscar D'León: ¡sabroooooooooosa!

Ten a mano:
  • 500 grs. de la pasta corta de tu preferencia
  • 250 grs. de tomates cherry
  • 250 grs de queso parmesano recién rallado (no en polvo, entero y rallado al momento)
  • Un puñado de hojas de albahaca
  • Aceite de oliva
  • Sal/pimienta al gusto
Manos a la obra:
Como se trata de una ensalada fresca, lo primero es cocer la pasta para que tenga tiempo de enfriarse. No creo que hagan falta instrucciones para esto pero en abundante agua hirviendo con sal (sin aceite) cocina la pasta el tiempo necesario, este tiempo de cocción varía de acuerdo al tipo de pasta y al fabricante por lo que yo siempre prefiero probarla. Tritura las hojas de albahaca en un mortero con un poco de sal y ve agregando aceite poco a poco mientras lo mezclas, la idea es emulsionar el aceite y la albahaca. Lava y corta los tomates cherry a la mitad. Mezcla, la pasta, los tomates, el aderezo y el queso en una ensaladera. Salpimentar al gusto y adornar con un poco de queso y una hoja de albahaca.

Variaciones sobre un mismo tema:
A ver, sólo la he hecho una vez así que aún no he tenido tiempo de inventar mucho con ella, pero así, mientras escribo, se me ocurre agregar trozos de queso fresco, puede ser mozzarella, queso fresco de Burgos.

martes, 18 de agosto de 2009

Échale nariz

Cuando era pequeño mi padre se esforzaba por enseñarme a seleccionar frutas, se preocupó por transmitirme todos los trucos que tenía bajo la manga a la hora de escoger una buena pieza de género.

Uno de sus consejos para seleccionar melones (seguimos hablando de frutas, no de pechos) fue olerlo. Hay signos visibles que son inconfundibles al momento de determinar si un melón está maduro pero no es garantía de que su sabor será dulce, para conseguir una pieza de este tipo hay que echar nariz. Si no puedes percibir ningún olor, ese melón tendrá el mismo sabor que el agua, ninguno.

Hace unos días compré unos melocotones y me encontré con el mismo problema que tienen los melones que no desprenden olor, no sabían a nada. Así que decidí empezar a oler también los melocotones al momento de seleccionarlos, no me ha ido mal, por lo que creo que empezaré a utilizar esta técnica para otras frutas. Seguro que la nariz no será una buena herramienta para seleccionar todas las frutas, si vas a escoger cerezas te vas a pasar la vida en la frutería y en frutas con una corteza muy gruesa (mis amigos venezolanos dirán: porqué no dijo concha, y en ese mismo momento mis amigos argentinos y chilenos se estarán riendo y comprenderán porqué no quería usar esa palabra) los olores de la pulpa difícilmente se puedan percibir.

Bueno, espero que les sea útil, y como dicen por este lado del charco, ¡Que aproveche!

sábado, 15 de agosto de 2009

Crepes de queso brie

Prefacio:
Después de una sesión de lectura de los blogs que sigo me toca darle un cariñito al mío. En estos días se me ocurrió la idea de compartir con mis seguidores del Twitter (ya que se supone que es una herramienta de microbloging) los platos que cocino cada día para el almuerzo, el desayuno o la cena, y en una de estas microentradas prometí la receta de las crepes, que esta semana preparé para desayunar rellenas de queso brie.

Así que, aunque estoy en plena producción de la tercera entrega de "La saga que acabará con el aburrimiento del pollo a la plancha", les dejo hoy la receta para preparar las crepes rellenas de queso brie.

Las crepes son una de esas recetas que a la gente le da miedo, ¡noooooooo! eso es complicadísimo, cocina francesa, ni hablar, yo con mi pollito a la plancha y mis ensaladas (hasta cuando el pollo a la plancha, ¡aburridos!) Pero cuando te enteras de qué va te das cuenta que es más fácil que hacer arepas, lo siento la referencia es válida sólo para venezolanos, colombianos y extranjeros que han hecho arepas.

En fin, lo más importante que se van a llevar hoy de este post es la receta de las crepes, luego ya las rellenarán de lo que les provoque.

¡Manos a las ollas!

Ten a mano:

Para las crepes:
  • 3/4 de taza de harina de trigo
  • 1 taza de leche
  • 1 huevo
  • 1/4 de cucharadita de sal
  • 1/2 cucharadita de azúcar
  • 1/2 cucharada de mantequilla derretida, se puede sustituir por aceite de girasol (tampoco forma parte de la receta original, pero tengo la idea de que la grasa le aporta suavidad)
  • 1/2 cucharadita de vainilla (este es un toque personal, la receta "original" no lo lleva)
Para el relleno:
  • 300 grs de Queso brie
Manos a la obra:
Ya verán qué cuando les dije que era fácil, no mentía. En un bowl mezclamos el huevo, la sal, el azúcar, la vainilla, la mantequilla derretida y la mitad de la leche con un batidor de mano (créanme, es mucho más sencillo y luego hay menos cosas que lavar y guardar), inmediatamente después se va incorporando la harina hasta obtener una mezcla homogénea.

Calienta una sartén, preferiblemente de teflón, y vierte un cucharón de la mezcla, mueve la sartén para que la mezcla se distribuya de forma pareja. Cuando la parte de arriba de la crepe se seque, dale vuelta. Mientras se cocina el lado B de tu crepe agrega el queso brie en la parte que ya está cocinada para que se derrita mientras se completa la cocción. Es típico doblarla en forma de triángulo aunque yo prefiero enrollarla, manías mías ¡Listísimo!

Variaciones sobre un mismo tema:
No les voy a pasar muchas variaciones porque luego no me quedan recetas para otro día, como estamos en plan desayuno, puedes agregar jamón cocido de pavo, tocineta (bacon para los españoles) cambiar el queso por uno que te guste más o te salga más barato.

También las puedes hacer sin rellenar, las sirves en un plato junto a mermeladas de varios sabores para que los comensales las coman con la que más les guste.

jueves, 6 de agosto de 2009

Opciones para disfrazar el pollo a la plancha II: Pollo Elemental

Prefacio:
Tras unos días "unplugged" por motivos de mudanza, retomo la cruzada por acabar con el aburrimiento del pollo a la plancha. Sé que hay batallas más importantes que librar pero yo prefiero las pequeñas, las cotidianas.

El nombre de la receta nace de uno de esos juegos de palabras que apenas logra derivar en un chiste malo, de esos que tanto me gustan y caracterizan. En esta ocasión vamos a ocultar el pollo a la plancha debajo de un sofrito de verduras gratinado con queso Emmental. Pollo + El queso Emmental = pollo Elemental (La palabra queso y la segunda m de Emmental lasquito por capricho, no hay razones matemáticas).

Ya está explicado el chiste malo, ahora toca poner empeño en aquello que nos trae aquí, cocinar.

Ten a mano:
  • 2 filetes de pechuga de pollo
  • 1/2 calabacín
  • 1/4 berenjena
  • 1/2 pimiento rojo
  • 1/2 cebolla
  • 1 tomate pelado
  • 150 grs. de queso emmental rallado
Manos a la obra:
Se pican todas las hortalizas en cubos pequeños y se sofríen, se sazonan y se resrvan. Luego, lo de siempre, cocinar a la plancha los filetes de pechuga de pollo previamente sazonados. Poco antes de que estén listos, se cubre cada filete con el sofrito y luego se cubre el sofrito con el queso emmental rallado. Si se dejan un rato a fuego lento no hace falta meterlo al horno, el queso se derretirá y estarán listos para servir.

Variaciones sobre un mismo tema:
Cambia las hortalizas por las de tu preferencia, también puedes cambiar el sofrito de hortalizas por uno de cebollas y espinacas en mantequilla. Por su puesto, se vale cambiar el queso, está de más decirlo, por uno que se derrita ;D.

lunes, 27 de julio de 2009

Cocina para principiantes


En estos días recordé un artículo que había escrito hace aaaaaños, creo que fue uno de mis primeros textos sobre cocina. Aquí se los dejo.

Cocina para principiantes

Recién casados, jóvenes que se mudan solos y todos aquellos que apenas saben freír un para de huevos, tienen aquí una guía para dar sus primeros pasos en las artes culinarias.

Muchos años aprovechándose de la comidita de mamá y el poco interés que la cocina despierta en los adolescentes, deriva en jóvenes hombres y mujeres que no saben ni cocinar un huevo frito.

Circunstancias distintas llevan a estas personas a enfrentarse por primera vez a la preparación de comidas. Estas líneas los guiarán para que su inicio en el mundo culinario no sea traumático y desesperanzador.

Paso a paso

Lo primero es descubrir qué sabes hacer en la cocina. Una vez que conozcas cuanto camino tienes recorrido sabrás cuanto te falta para llegar a la meta.

El segundo paso es definir qué tan lejos quieres llegar: supervivencia, término medio, gastrónomo o chef. De la distancia que te separa de tu meta dependerá el esfuerzo que deberás aplicar en el proceso de aprendizaje.

El tercer paso es aprender las recetas básicas que no conozcas, como por ejemplo pasta y salsas, arroz, rebozados, ensaladas, etc.

Así deberás saber que media taza de arroz rinde para una persona, y que para cocinarlo tienes que utilizar el doble de agua, es decir para una taza de arroz, dos de agua (la cantidad de agua puede variar según el material de la olla y la potencia y tipo de cocina – gas o eléctrica –). Para sazonarlo, lo básico es un poco de sal, algunas personas agregan un chorrito de aceite (más o menos una cucharada).

En el caso de la pasta es más sencillo, una taza por persona, en pastas cortas, y 250 gramos en pastas largas. La cantidad seleccionada se sumerge en abundante agua hirviendo, no importa la medida sino que cubra la pasta. Una vez en el agua se dejan cocinar entre siete u ocho minutos, aunque el fabricante generalmente recomienda un tiempo según las características de su producto. Otra buena opción para saber cuando está lista la pasta es probarla o el tradicional truco de arrojarla contra la pared, si cae aún le falta, si se queda está lista.

Empanizar y rebozar son dos de las técnicas más sencillas para la preparación de carnes, aves y pescados. En el primer caso se debe sazonar a gusto la pieza a cocinar, se puede usar sal y pimienta al principio y luego probar otras especies. Luego se sumerge la carne en un plato hondo con huevo batido, se impregna y luego se pasa por un plato con pan rallado. Finalmente, se fríen en aceite medianamente caliente. Muy caliente quemará la concha de pan y huevo y la carne no se cocinará bien. Muy frío hará que le pieza se impregne de aceite.

En el caso de pescados se suele utilizar la segunda técnica, el rebozado, pasando primero la pieza por harina y luego por huevo batido para después freír.

Para la preparación de ensaladas, lo básico es seleccionar los vegetales de su preferencia y luego sazonarlos con sal, aceite y vinagre según su gusto.

Una vez que domines las técnicas y recetas básicas, intenta preparaciones de mayor dificultad. Ni siquiera Picasso empezó pintando cuadros cubistas, no trates de convertirte en chef de un día para otro.

El siguiente paso es hacer que la creatividad entre en la cocina. Si ya sabes lo suficiente, atrévete a incorporar especies y nuevos sabores a recetas que ya habías hecho y luego crea tus propios platos.

Un punto importante si se desea avanzar más allá de la supervivencia en el mundo culinario, es aprender a seleccionar los ingredientes. Ciertamente ingredientes de calidad no son garantía de un buen plato, pero si los ingredientes no son los mejores los resultados seguramente no serán los esperados.

Para aprender a seleccionar verduras, carnes, charcutería, etc. lo más fácil es recurrir a mamá o a alguna tía. Si no tienes familiares a la mano, acércate en el supermercado a un empleado o a cualquier cliente que parezca experimentado (preferiblemente señoras de mediana edad) y pregunta sin pena.

Si deseas seguir avanzando hasta niveles altos, debes leer y probar mucho, familiarízate con los términos y las técnicas de la cocina, comparte experiencias con personas que tengan esta misma afinidad, y sobre todo practica. Muchas recetas saldrán mal, pero los grandes platos te harán olvidar las pequeñas decepciones.

Suerte y manos a la olla.

Tips
  • Para pelar ajos con facilidad sumérgelos un rato en agua, al momento de pelarlos la piel se desprenderá mas fácilmente.
  • Para quienes siempre olvidan poner los granos en remojo para cocinarlos, pueden hacerlo con tiempo, dejándolos en agua durante 12 horas aproximadamente para luego escurrirlos bien y colocarlos en una bolsa en el congelador.
  • Después de asado cualquier alimento en el horno, una vez que se saca la preparación y está aún caliente la placa, se añade un poco de vino y todo el jugo que se encontraba pegado al fondo se desprende, con este líquido podrás hacer una salsa estupenda para acompañar al asado.
  • Una vez que se coloca el arroz en el agua caliente se remueve hasta que hierva y luego no se vuelve a tocar. Si se estás harto del arroz blanco, utiliza caldo de pollo en lugar de agua, o agrega verduras y especies a tu gusto.
  • No retires nunca las hojas externas de la lechuga hasta el momento de preparar la ensalada, ya que sirven de protección y conservan la frescura.
  • El momento justo de sazonar una ensalada es momentos antes de servirla, si se incorporan los aliños con mucha anticipación las verduras presentan un aspecto lacio.

domingo, 19 de julio de 2009

Opciones para disfrazar el pollo a la plancha I: Pollo con salsa de naranja

Prefacio:
Cuando apenas llegamos a Barcelona, en la tele empezaron a pasar un anuncio de un producto que me parece genial, un cubito de aceite de oliva con hierbas aromáticas para fundir en el grill antes de preparar carnes a la plancha. Pero, realmente no quiero hablar aquí de este producto, ni de publicidad, si no de pollo a la plancha, esa pieza fundamental de toda dieta o régimen, que termina por aburrirnos al tercer día -según las escrituras- y nos impide alcanzar esas metas que nos habíamos trazado para mostrar nuestros cuerpos esbeltos durante el verano.

Dicho esto, queda claro que el pollo a la plancha, es el principal enemigo de las dietas. Por eso, mientras veía el anuncio, decidí publicar una serie de entradas en el blog con opciones para disfrazar el pollo a la plancha, sí, para hacerlo menos aburrido.

Me arranco con una de pollo con salsa de naranja, no temáis, nada complicado, pocos ingredientes y menos pasos.

Pues nada, a lo que vinimos ¡A cocinar carajo!

Ten a mano:

  • 4 filetes de pechuga (también pueden usarse trocitos o tiritas de pollo usando cualquier parte
  • 1 vaso de jugo de naranja
  • 1 cucharadita de fécula de maíz o papa (teaspoon, cuchara de té, café, la pequeñita, sí, esa misma)
  • Sal y pimienta al gusto

Manos a la obra:
Lo prometido es deuda, pocos pasos, salpimentar el pollo al gusto, cocinarlo a la plancha, retirar y reservar, en una cazuela se añade el jugo de naranja mezclado con la cucharadita de fécula (de la que consigas, incluso puedes usar harina de trigo, es para que espese) Reduces el jugo (zumo para los españoles, aunque creo que se entiende igual) hasta que tenga la consistencia de una salsa. Se sirve el pollo a la plancha y se napa (cubre) con la salsa. Se puede acompañar de una ensalada o un poco de arroz.

Variaciones sobre un mismo tema:
Como siempre, empiezo por lo más obvio, cambiar de zumo (jugo para los venezolanos, aunque creo que también se entiende) por ejemplo fruta de la pasión, parchita o maracuyá (escojan el nombre que más les guste porque la fruta es la misma). A veces, cuando lo preparo, le agrego unas ruedas de cebolla salteadas.

miércoles, 1 de julio de 2009

Pizza de hortalizas

Prefacio:
La probamos hace unos días en un pequeño local del barrio barcelonés de Gracia, luego de ir a ver un pisito (literalmente pisito) en la calle Ramón y Cajal.

Como siempre, Alicia y yo hicimos un pedido cruzado, es decir, pedimos platos distintos y luego compartimos, así probamos más cosas. Ali se pidió una pizza de vegetales de segundo y yo unas albóndigas con salsa de pimienta verde. Pero el plato que centra nuestro interés hoy es la selección de Alicia: masa delgada (crujiente en los bordes y suave en el centro), salsa de tomate, mucho queso y unas delgadas láminas de calabacines, zanahorias, cebollas y berenjenas.

Ya la reproduje en casa y aunque las pizzas son siempre un éxito seguro cuando cocino para mi familia, esta combinación de ingredientes rompió récords de taquilla.

Bueno, en fin, aquí van los detalles de la preparación, que pa'luego es tarde.

Ten a mano:
Para la masa
  • 1 taza de harina de trigo
  • 1/2 taza de agua
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 1 cucharada de aceite de oliva
Para la salsa
  • 1/2 cebolla rallada (sí, rallada, vas a llorar mucho pero el sabor vale la pena)
  • 1/2 lata de tomates enteros o de tomate picado
  • 1 diente de ajo picado
  • Orégano o albahaca
  • Sal y pimienta
Para la cobertura
  • 1/2 cebolla cortada en finas ruedas (Fino es como dos o tres milímetros)
  • 1/2 tomates cortado en finas ruedas
  • 5 ruedas finas de calabacín
  • 5 ruedas finas de berenjena
  • 1/2 zanahoria cortada en finas ruedas
  • 5 ruedas finas de pimiento rojo
  • 300 gramos de mozzarella rallada
Manos a la obra:
En un bowl, cuenco o tazón coloca la harina, agrégale sal y forma un pequeño volcán, coloca dentro el aceite y el agua, mezcla hasta que la masa se despegue de tus manos con facilidad, agrega más harina si es necesario (de hecho, será necesario). Deja reposar la masa tapada con un paño limpio.

Mientras preparamos la salsa, en aceite de oliva se sofríe el ajo picado, cuando empiecen a dorarse, se agrega la cebolla rallada (cuidado que va a salpicar aceite), cuando la cebolla empiece a tomar color se agrega el tomate triturado. Si las hierbas son frescas se agregan al final de la cocción, si son secas se agregan junto al tomate. Sal al gusto. Si queda muy ácida se puede agregar un toque de azúcar (un toque es 1/4 de cucharadita).

Ahora toca estirar la masa y armar la pizza, como yo no tengo la habilidad de los pizzeros italianos que estiran la masa con las manos, me valgo de un rodillo. Se engrasa un molde, se coloca la masa, se cubre con la salsa, luego el queso (yo particularmente le agrego unos 50 grs. de queso emmental rallado) y los vegetales de último haciendo un dibujo agradable. Un poco de sal para las hortalizas y un chorrito de aceite de oliva. Al horno ¡a toda máquina!

Variaciones sobre un mismo tema:
Cuando estaba armando la pizza este mediodía me dije: ¡Lo bien que le hubiera quedado un poco de tocineta (bacon para los ibéricos)! Además de eso, lo que queráis, al fin y al cabo la pizza debe ser uno de los platos más personalizados y personalizables de la historia de la restauración.

lunes, 22 de junio de 2009

Tequeños


Prefacio:
Estoy haciendo un curso de catalán y Sandra, la profesora, preguntó si alguien tenía un blog. Yo dije que hacía uno de cocina (lo dije en catalán, of course, porque soy un empollón), lo primero que preguntaron mis compañeros fue si tenía recetas de cocina venezolana y me di cuenta que salvo la del casabe saborizado la verdad es que de la patria no había mucho.

Así que puse manos a la obra para publicar esta receta de tequeños, algunos dirán: ¡Chico pero hay cosas más criollas! Y yo les diría: ¡Claro!, pero salvo la arepa yo creo que los tequeños tienen más oportunidad de éxito internacional.

La receta de la masa de tequeños que hoy publico coincide extrañamente con la receta que me enseñó mi madre para la empanada gallega, así que no sé si mi madre utiliza para la empanada una masa de tequeños o si mi tía usa para los tequeños la masa de la empanada gallega :s.

Bueno, al fin y al cabo lo más importante es que tanto la empanada como los tequeños quedan igual de bien.

Pa'lante es pa'llà =>

Ten a mano:
Para la masa
  • 6 tazas de harina de trigo
  • 300 gramos de mantequilla
  • 3 huevos
  • sal
Para el relleno
  • Queso cortado en tiras de unos 0,5 milimetros de anchoy alto por 3 o 4 cm de largo. (En Venezuela queso Paisa, fuera prueben con Edam, Gouda, Emental, lo más importante es que se derrita)
Manos a la obra:
Para preparar la masa se coloca la harina en un tazón, se agrega una cucharadita de sal, se mezcla y se forma un volcán. Detro se vierten los huevos y la mantequilla derretida. Se amasa hasta que la mezcla no se pegue a los dedos. Se tapa con un paño limpio y se deja reposar.

Luego se estira la masa hasta que quede delgada y se cortan tiras largas de más o menos un centímetro de ancho. Con las tiras se envuelven los trozos de queso. Se pueden hacer varios y luego congelarlos para usarlos cuando más provoquen.

Una vez listos, lo típico es freírlos aunque también quedan buenos si se hacen al horno.

Variaciones sobre un mismo tema:
Bueno, señores y señoras, lo primero y así más fácil es cambiar el queso. Acto seguido, se puede incluir un poco de compañía al queso que se sentirá sólo allí dentro, puede ser jamón dulce o curado, incluso porqué no, una tirita de tocineta (bacon para los ibéricos). En Venezuela hay una franquicia que los hace rellenos de chocolate, no los he probado pero deben estar per llepar-se els dits, es decir para chuparse los dedos.

domingo, 7 de junio de 2009

Fetuccini con espinacas

Prefacio:
Hace unos días me preguntaron que si mi blog tenía recetas fáciles o complicadas y me agarraron fuera de base con esa, así que decidí poner esta receta que creo que salió de algún folletín de supermercado y estoy seguro de que no puede haber una más sencilla que esta.

Por cierto para los que no son venezolanos, la expresión me agarraron fuera de base viene del béisbol y quiere decir que no estaba prepado en ese momento (en este caso para la pregunta).

Explico: un jugador que esta en una base (almoadillas que están en el suelo) debe permanecer en contacto con la misma (o con otra, porque la idea es avanzar de una a otra hasta completar una carrera) para evitar que el contrario lo ponga out (fuera de juego). Si el corredor es sorprendido fuera de la base por el contrario y éste lo toca con la bola queda out y se dice que ha sido "cogido" (los venezolanos se estarán riendo) fuera de base.

La clase de béisbol fue cortesía de la casa, ahora a cocinar.

Ten a mano:
  • Un manojo de espinacas
  • 50 gramos de mantequilla (más o menos)
  • 250 gramos de fetuccini o cualquier pasta que les provoque (también más o menos)
  • Queso parmesano o granna padano al gusto (a mi gusto es con bastante queso)
Manos a la obra:
Se calienta un sarten grande y se pone la mantequilla dentro a derretir y se sofríen en ella las hojas de espinaca (se pueden cocer en agua primero pero pierden más sabor y vitaminas). Se cuecen los fetuccini en abundante agua salada sin aceite. Cuando los fetuccini estén al dente se escurren y se agregan al sartén, se revuelven con las espinacas y se retiran del fuego ràpidamente.

El toque final, muuuuuuuuuuucho queso.

Variaciones sobre un mismo tema:
La verdad es que se los debo porque mucho para variar no hay, bueno podrían cambiar las espinacas por acelgas o agregar al sofrito cebolla cortada en cuadritos muy pequeños o Brounoise (En francés todo suena como más refinado).

Ensalada de lentejas

Prefacio:

Llega el veranito, el calor y toca dejar atrás los guisos, sopas calientes y potajes. ¡Ay! con lo que me gustan a mí las lentejas con chorizo pero con 30 grados ya no se aguantan ni a la sombra.

Así que hoy comparto con ustedes una ensalada de lentejas. Sí, no podría se de otra manera, tenía que buscar la forma de seguir comiendo mi legumbre favorita aunque sea sin chorizo.

Investigué un poco primero pues era la primera vez que hacía una ensalada con legumbres, mi esposa y yo seleccionamos los ingredientes que más nos gustaron y pusimos manos a la obra.

Ten a la mano:
  • 1 ½ tazas de lentejas cocidas (por supuesto)
  • 250 grs. de Rúgula
  • 1 Cebolla mediana
  • 2 Tomates
  • 2 cucharadas de piñones
  • Sal y Pimienta (al gusto)
  • ½ cucharada de hierbas provenzales (oregano, tomillo, romero, albahaca, etc.)
  • Aceite y vinagre (al gusto)
Manos a la obra:

Bueno, como en cualquier ensalada no hay mucho que poner en la preparación. Se cortan la cebolla y los tomates en cubos pequeños. Se tuestan ligeramente los piñones en un sartén. Se mezclan todos los ingredientes en una ensaladera, se sazona con sal, pimienta y las hierbas provenzales. Finalmente se agrega aceite y un toque de vinagre al gusto.

Variaciones sobre un mismo tema:

Hasta el momento no he realizado ninguna variación pero a lo mejor se le podía agregar un toque dulce, podría cambiarse la rúgula por berros o por lechuga incluso. También se podría caramelizar la cebolla, cociéndola en un sartén con un poco de mantequilla y luego agregando una cucharada de miel. Prueben, inventen y me cuentan como les fue.

jueves, 22 de enero de 2009

Escalivada con Butifarra blanca y negra

Prefacio:

Hacía ya un tiempo importante desde la última vez que publiqué algún plato o comentario en el blog, pero desde que Alicia y yo tomamos la decisión de volver a España, no he tenido cabeza para muchas cosas, entre ellas cocinar y escribir, y aunque la fecha del viaje se me viene encima, estoy aprovechando unos días de vacaciones en el trabajo para retomar la actividad en la cocina y en el blog.

Estos han sido días raros, en ocasiones me encuentro soñando con la llegada España y especialmente con algunos de los platos que tanto disfrutaba allá y otros momentos con la sensación de añoranza por las comidas que ya no podré probar.

Para recordar mi días en España antes de volver, comparto con ustedes una receta que probé en Barcelona y que me cautivó. Se trata de Escalivada con Butifrarra negra y blanca.

La escalivada es plato de verduras asadas, su nombre proviene del verbo catalán escalivar, que quiere decir asar a la brasa. Por su parte, butifarra es la palabra catalana para embutido, la blanca es una espcie de salchicha o chorizo parrillero y la negra es como una morcilla.

Este es un plato que se disfruta mejor en una parrilla o barbacoa al aire libre y con amigos y familiares. Los amigos venezolanos no se preocupen por donde podrán encontrar las butifarras, en cualquier tienda de la Montserratina se consiguen.

Ten a mano:
  • 2 berenjenas
  • 2 pimientos rojos
  • 2 cebollas pequeñas
  • 1 tomate
  • 1 Butifarra blanca (En Venezuela usar dos porque son mas pequeñas)
  • 1 Butifarra negra (En Venezuela usar dos porque son mas pequeñas)
  • Aceite de oliva
  • Sal

Manos a la obra:
Lo primero lavar todas las hortalizas y secarlas bien. Luego se rocian con aceite de oliva y, si es posibe, se asan a las brasas dando vueltas hasta que estén cocidas. Si no se dispone de una parrilla o barbacoa, se pueden hacer al horno o directamente sobre el fuego de la hornilla si se tiene una cocina de gas o butano.

Una vez cocidas las verduras, se pueden envolver en boslsas plásticas por separado para facilitar el proceso de pelarlas, yo particularmente no lo hago. Después de reposar unos minutos se procede a retirar la piel, es buena idea tener cerca un perol o cuenco con agua para desahecerse de la piel y semillas del pimentón que se suelen pegar a los dedos.

Mientras tanto se pueden poner las butifarras al fuego para cocinarlas, si no se dispone de parrilla, se pueden hacer a la plancha o en un grill.

Para finalizar, se cortan las hortalizas peladas en tiras y se aderezan con sal y aceite de oliva, también se puede agregar ajo picado.

Se puede acompañar con Alioli, cuya receta pueden encontrar en este blog.

Variaciones sobre un mismo tema:
Las variaciones en este plato pasan por las hortalizas que se pueden poner al fuego, se pueden agregar calabacines o zanahorias pequeñas, no es lo típico pero quedan bien. A los gallegos les agradará agregar pimientos de padrón, aunque estos suelen prepararse fritos. Si no encuentras butifarras, cámbialas por chorizos parrileros, morcillas o el embutido típico del lugar donde te encuentres.
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